Gracias a todas las personas que hoy, domingo 4 de mayo, participaron en la oración con cantos de Taizé. Gracias a la comunidad de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, que nos abrió sus puertas.
Les compartimos aquí las palabras de la Escritura y algunas oraciones de nuestro encuentro.
Lectura bíblica
Aquel mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. (...) Jesús les dijo: «¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba.» Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Lucas 24. 13-16,26-32
Oración de la comunidad
R. Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Jesucristo, Señor de la historia, escúchanos.
Señor Jesús,
tú estás presente entre tus discípulos aunque no te reconozcan.
Quédate con nosotros,
y en el camino que lleva de la dispersión a la unidad
caminaremos juntos sin desanimarnos.
R.
Señor Jesús,
tú estás presente en las Escrituras que nos hablan de ti.
Quédate con nosotros,
y en nuestros desalientos y esperanzas
tu palabra será fuego que hace arder el corazón.
R.
Señor Jesús,
tú estás presente en la mesa de la fracción del pan.
Quédate con nosotros,
y al partir el pan en memoria tuya
aprenderemos a ser nosotros mismos pan partido para la vida del mundo.
Oración final
Como tus discípulos en el camino de Emaús
tan a menudo no llegamos a descubrir
que eres tú, Cristo, quien nos acompaña.
Pero cuando nuestros ojos se abren,
comprendemos que tú nos hablabas
aun cuando te habíamos olvidado.
Entonces el signo de nuestra confianza en ti
es que, también nosotros, tratamos de amar,
de perdonar, junto contigo.
Independientemente de nuestras dudas,
o incluso de nuestra fe,
tú, Cristo, estás siempre ahí:
tu amor arde en medio de nuestro corazón.
hno. Roger, de Taizé
Imagen: Jesús resucitado por los artistas del Centro Aletti (detalle del abside, Chiesa del Sacro Cuore di Gesù, Ortì, Italia, 2008).
Invocaciones en la oración de la comunidad: Damián Burgardt, 2014. Algunos derechos reservados. Licencia Creative Commons 3.0: Uso no comercial, Reconocimiento del autor y la fuente, Compartir igual
Oración del hermano Roger de Taizé: © Ateliers & Presses de Taizé, Le Bourg, 71250 Taizé, France. Reproducida bajo permiso.