¡Tú me perteneces!
Isaías 44, 1-5
Y ahora escucha, Jacob, siervo mío; Israel, mi elegido: Así dice el Señor que te hizo, que te formó en el vientre y te auxilia: No temas, siervo mío, Jacob, mi cariño, mi elegido; voy a derramar agua sobre el suelo sediento y torrentes en la tierra seca; voy a derramar mi aliento sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus retoños. Crecerán como hierba junto a la fuente, como sauces junto a las acequias. Uno dirá: Soy del Señor; otro se pondrá el nombre de Jacob; uno se tatuará en el brazo: Del Señor, y se apellidará Israel.
Las «meditaciones bíblicas» son propuestas para sostener la búsqueda de Dios en el silencio y la oración. Se trata de dedicar dos o tres horas para leer en silencio los textos bíblicos que se sugieren y que van acompañados de un breve comentario y algunas preguntas. Más tarde, reunidos en pequeños grupos en casa de uno de los participantes, se comparte brevemente lo que cada uno cree haber descubierto, pudiendo eventualmente finalizar el encuentro con un tiempo de oración.